
EUGENIO GOMEZ MIR
EUGENIO GOMEZ MIR: POESIA DE LUZ Y PAISAJE

Eugenio Gomez Mir, desnudo académico, colección Riera
Eugenio Gómez Mir: luz, color y modernidad en la Granada de principios del siglo XX
Orígenes e infancia
Eugenio Gómez Mir nació en Granada el 19 de diciembre de 1877, aunque algunas fuentes señalan 1887 como fecha alternativa. Falleció también en Granada el 20 de febrero de 1938. Desde niño mostró un talento natural para el dibujo, impulsado por un entorno familiar ligado al arte: era sobrino del músico Mario Vázquez y del pintor Paco Vázquez. Esta atmósfera artística sería el primer impulso de una carrera que marcaría profundamente la pintura granadina del siglo XX.
Formación y desarrollo artístico
Muy joven, ingresó en la Escuela de Bellas Artes de Granada, donde destacó por su habilidad con el lápiz y la acuarela. Reconociendo su potencial, sus maestros lo enviaron a continuar su formación a Madrid, donde se convirtió en discípulo de Muñoz Degrain. Allí se vio influido por figuras clave del momento como Joaquín Sorolla, cuya sensibilidad por la luz marcaría también el estilo de Gómez Mir. Entre 1902 y 1904 vivió en París, donde se impregnó de las corrientes coloristas y modernas que dominaban el ambiente pictórico europeo.
En Granada, recibió también clases del pintor Eduardo García Guerra. Esta etapa afianzó su interés por el paisaje andaluz y por la representación emocional de su entorno inmediato.
Etapas y estilo artístico
La evolución artística de Gómez Mir puede dividirse en dos grandes etapas. En la primera, aún juvenil, se centra en obras de pequeño formato realizadas con plumilla o acuarela. Sus temas son rincones urbanos de Granada, especialmente la Alhambra y sus alrededores. En la segunda etapa, correspondiente a su madurez artística, adopta preferentemente el óleo sobre lienzo o cartón, y su estilo se vuelve más vibrante, con pinceladas sueltas y una paleta luminosa que bebe del fauvismo.
Su pintura destaca por el gesto expresivo, el uso dramático del color y una profunda conexión emocional con el paisaje. Lejos de la representación literal, buscó transmitir atmósferas, estados de ánimo y sensaciones a través del color y la luz.
Temática y obras más destacadas
Entre sus temas predilectos se encuentran los paisajes granadinos, especialmente los de Sierra Nevada, La Alpujarra y los jardines de la Alhambra. Obras como “Jardines altos del Generalife” o “Paisaje de la Alpujarra” son ejemplos emblemáticos de esta sensibilidad. También cultivó con soltura la naturaleza muerta, en la que frutas, flores y objetos cotidianos aparecen tratados con igual intensidad cromática y cuidado compositivo.
Además, incursionó en marinas y escenas urbanas de corte costumbrista. En obras como “Marina al amanecer” o “Carreras de caballos en el hipódromo”, muestra su dominio de la atmósfera y el movimiento. Uno de sus óleos más representativos, “La vereda de la estrella” (1901), fue recuperado y expuesto décadas después como testimonio del paisajismo granadino de comienzos de siglo.
Reconocimiento, exposiciones y premios
Participó por primera vez en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1899, cuando apenas tenía 8 años, y volvió a hacerlo de forma periódica a lo largo de su carrera. En 1910 fue galardonado con la tercera medalla de dicha exposición. Durante su vida, sus obras fueron expuestas en espacios como el Centro Artístico de Granada, salas municipales y comercios de prestigio como La Ville de París en 1905.
Tras su fallecimiento, su figura ha sido objeto de diversas exposiciones homenaje en Granada y Madrid, consolidando su lugar como uno de los grandes pintores granadinos del siglo XX.
Compromiso cultural y docente
En su vida personal, se casó con Asunción Castro Pérez, con quien tuvo una hija, Margarita. Eugenio Gómez Mir también se dedicó a la docencia como profesor de dibujo artístico en la Escuela de Artes y Oficios de Granada. Mantuvo una activa vida cultural, participando en tertulias, grupos literarios como “La Cuerda” y círculos artísticos como el del Centro Artístico, Literario y Científico de Granada.
Durante muchos veranos, frecuentó lugares emblemáticos para la bohemia local como la pensión Mezquita o la taberna El Polinario, espacios donde se reunían músicos, escritores y pintores para compartir ideas y proyectos.
Legado y valoración actual
La obra de Eugenio Gómez Mir forma parte hoy de importantes colecciones privadas y públicas, entre ellas la del Museo de Bellas Artes de Granada. En el mercado del arte, sus cuadros pueden alcanzar cifras que oscilan entre los 450 y los 12 000 euros, según la obra y su procedencia, prueba del creciente interés por su producción.
Conclusión
Eugenio Gómez Mir fue una figura clave para entender el modernismo pictórico granadino y la evolución del paisaje andaluz como género artístico. Su trabajo, profundamente arraigado en su tierra y al mismo tiempo abierto a las corrientes europeas, logra una síntesis única entre tradición y modernidad. Con cada pincelada dejó testimonio de una Granada luminosa, viva y emocional que aún hoy emociona a quienes se detienen ante sus cuadros.